El vapor es una fuente de energía que se requiere en buena parte de procesos industriales, ya sea para utilizarlo directamente para aprovechar su calor en intercambiadores, ya sea para transformar su energía en fuerza motriz.
Los generadores de vapor son los aparatos encargados de producirlo mediante calentamiento directo del agua que se vaporiza a alta presión. Mas adelante, este vapor puede ser recalentado permanecer simplemente saturado según la aplicación que le queremos dar.
El calor suministrado por el combustible se transmite al agua por radiación y convección al interior del hogar que es donde debe realizarse la combustión. El gas natural constituye un excelente combustible para la producción de vapor, tanto en los grandes generadores como en las calderas de pequeña y mediana potencia.
Esta energía hace posible el incremento en la producción por el hecho de mejorar el coeficiente de transmisión del calor al aumentar la densidad calorífica y el rendimiento térmico de la caldera, ya que disminuye la temperatura de salida de los gases de combustión. También son importantes las mejoras económicas gracias a la ausencia de corrosión en las instalaciones al estar el gas libre de azufre, vanadio y otras impurezas; por la reducción del consumo de energía motriz de los ventiladores, extractores, etc, al disminuir el exceso del aire necesario para la combustión y por la mejora de la transmisión del calor gracias a la limpieza de las superficies de contacto, al no producirse cenizas ni hollín.
Por sus características de combustión y de flexibilidad de funcionamiento, así como por sus posibilidades de automatización, el gas natural ofrece una mejora en el rendimiento que puede oscilar entre los tres y ocho puntos, en función del tipo y la capacidad de calderas.